SEDENTARIZACIÓN DE LOS QOM.
EL CASO DE “MERCEDES CUÉ”, VILLAFAÑE, FORMOSA
por: Rufino Pérez[1]
“...Nuestro pueblo no fue derrotado, si nos vencían no íbamos a estar acá, vivos como estamos...”
(Alumno qom del Ciclo Rural EIB Nº 511. Septiembre de 2016)
Este breve ensayo fue presesentado como producción final del seminario "LAS DIDÁCTICAS DE LA INTERCULTURALIDAD" del Ministerio de Cultura y Educación de Formosa - Dirección de Educación Superior, entre septiembre y noviembre de 2021.
El abandono de la trashumancia es un aspecto común a gran parte de los pueblos indígenas que viven en el territorio argentino. En gran medida esto se debe al avance arrollador de la propiedad privada que les fue cercenando las praderas, los bosques y las selvas, recursos vitales para la caza y la recolección.
En este ensayo abordo el proceso de sedentarización de un grupo indígena de la etnia qom en Colonia Mercedes Cué, jurisdicción de la Localidad de Mayor Villafañe -Formosa- desde mediados de la década de 1940.
Parte de la información que utilizo aquí fue recabada entre 2011 y 2012 para “Rescatando Nuestra Historia” -trabajo presentado en la Feria de Ciencia, Arte y Tecnología- del cual fui colaborador.
El ensayo que aquí presento se apoya en el principio de interdisciplinariedad, capitalizando aportes de varias ciencias sociales, con el propósito de contribuir al conocimiento de la historia local, ya que todo proyecto pedagógico, y en particular la educación intercultural, debe partir del conocimiento de la historia del grupo étnico al que pretende educar.
El desarrollo de mi ensayo se divide en tres apartados: el primero reseña los orígenes de la presencia qom en la Argentina y en la región chaqueña central, rastreando el tiempo histórico aproximado de su llegada, algunas características genéricas de su cultura y su relación con el medio geográfico.
En el segundo apartado, me refiero sintéticamente a las luchas que los indígenas debieron enfrentar desde la época colonial y con el naciente Estado argentino. En tercer lugar, me centro en la formación de la comunidad qom Mercedes Cué y algunos datos relevantes de su desarrollo histórico en las dimensiones sociocultural, política y económica.
Por último, en las conclusiones, destaco los aspectos sobresalientes de mi ensayo en las dimensiones económica, cultural y política. Seguidamente aporto una periodización de la historia de “Mercedes Cué”, y expongo algunas propuestas didácticas para que otros docentes -si así lo desean- se animen a abordar el estudio de la historia de esta comunidad, profundizando el análisis de lo trabajado hasta el momento y enriqueciéndolo.
LOS QOM EN ARGENTINA Y EN FORMOSA
En 2010, año del último Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas, la población qom de nuestro país se estimaba en 126.967, siendo la segunda etnia en cantidad de integrantes.[2] Esta cifra pudo haberse elevado o disminuido, una década después de aquella medición.
En la mayoría de los registros oficiales, y la bibliografía existente, se los nombra como “tobas”. Esta denominación es por ellos rechazada en la actualidad porque deriva de un mote que les atribuyeron antiguamente sus rivales guaraníes y que significaba “hombre frentón o de cara grande.” Ellos, por su lado, prefieren utilizar la denominación “qom”: cuyas acepciones son: la gente, los indígenas, el ser humano, la persona.[3]
Los qom descienden del tipo racial patagónido que llegó a América desde Asia, cruzando el Estrecho de Bering, en el Paleolítico Superior, y se estableció en el Sur de la actual Argentina entre el 10 mil y 8 mil a.C. Este pueblo constituye una de las seis parcialidades de la nación guaycurú, y mayoritariamente habitan parte de la Provincia del Chaco, el centro y este de la Provincia de Formosa. Pero como resultado de las modernas migraciones internas hoy se los puede encontrar también en grandes aglomerados urbanos de Buenos Aires, Santa Fe y otras jurisdicciones argentinas.
Según Patricia Pastor, en lo que actualmente son las Provincia de Chaco y Formosa, los qom -al igual que otros grupos de la nación guaycurú[4]- ingresaron hace unos 8000 o 6000 años, provenientes del Sur. Su cultura era típica de los pueblos del paleolítico (2012: 53-54).[5]
En su historia prehispánica, como los guaycurúes en general, los qom no llegaron a conformar sociedades sedentarias. Eran nómadas, con una economía cazadora y recolectora. “Sus piezas de caza preferidas fueron los avestruces, venados, pecaríes y tapires… Recolectaban frutos silvestres, porotos del monte y diversos tipos de raíces” (De la Vega, 1993: 386). Complementaban su alimentación con miel y peces capturados con lanzas, flechas y redes tejidas con fibras de caraguatá (cardo del monte) y de cogollo de palma. Además de estos instrumentos de mano “…conocían el difícil arte de convertir un tronco de árbol en una ágil embarcación con la que 10 o 12 hombres solían surcar los grandes ríos en busca de pesca” (Romero, 1997: 10).
Para confeccionar sus vestimentas usaban cueros de animales e hilados de lana ovina y fibras de caraguatá (cardo del monte o cardo “chuza”). En la construcción de sus chozas temporarias utilizaban armazones de ramas con cubiertas de paja. Sus armas típicas eran el arco y la flecha, la lanza y la boleadora, que empleaban con fines económicos, pero ocasionalmente con objetivos de defensa o ataque contra grupos enemigos (De la Vega, 1993: 386).
LOS QOM Y EL MAL LLAMADO “DESIERTO” ARGENTINO
“Por su localización geográfica y sus condiciones ecológicas, el Chaco (del cual Formosa es parte) presentó una modalidad especial de la Argentina aborigen. Los intentos de colonización en la época hispánica fracasaron (…) y su resistencia a la penetración del hombre blanco se mantuvo hasta nuestros días” (Rex González y Pérez, 1998: 124).[6] En este sentido, la región chaqueña se diferenció de la patagónica donde la conquista de fines del S. XIX fue relativamente breve.
Hacia el S. XVII los qom adoptaron la práctica de montar el caballo, con la cual añadieron un elemento decisivo para los continuos ataques a las poblaciones españolas o para la huida de las expediciones punitivas de las autoridades coloniales. La condición de nómada ha sido quizás la clave por la que estos pueblos indígenas eludieron por siglos la conquista del español.
Sin embargo, lo que la conquista española no logró en tres siglos, lo consiguió la conquista del naciente Estado nacional con sus mal llamadas conquistas del “desierto”.[7] Desde la década de 1820 -cuando Martín Rodríguez era gobernador de Buenos Aires- hubo campañas de conquista a territorios dominados por los indígenas; más tarde, entre 1833 y principios de 1834, J. M. de Rosas se retiró formalmente de su cargo de gobernador para encarar su propia “campaña al desierto”.
Hacia fines de la década de 1870, bajo la presidencia de Avellaneda, con la muerte del Ministro de Guerra, Adolfo Alsina, en 1877 fue designado para el cargo Julio A. Roca, que al año siguiente puso en marcha un plan más agresivo que su predecesor, consistente en ir a buscar a los indígenas a sus tolderías para aplastarlos allí con la caballería o la infantería del Ejército.[8]
Estas campañas buscaban hacer efectiva la presencia del Estado en todo el territorio, reducir a los indígenas y arrebatarles las tierras que ocupaban. Esto último estaba en consonancia con la inserción de la Argentina en el mercado internacional como exportadora de materias primas de origen agropecuario, razón por la que necesitaba ampliar su frontera productiva. “A finales del siglo XIX, la mayor riqueza de Argentina eran tierras de primera calidad.” (Rock, 1989: 245).
Con posterioridad a la conquista las tierras arrebatadas a los indígenas fueron a parar a manos de los grandes terratenientes. Y en el caso particular de Formosa, el latifundio también engendró otro extremo: el minifundio, constituido por pequeñas parcelas fiscales que no habían sido ocupadas, generalmente por su baja calidad.[9]
FORMACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA COMUNIDAD QOM DE “MERCEDES CUÉ”
La “Comunidad Aborigen Mercedes Cué” está ubicada a seis kilómetros Mayor Villafañe, Departamento Pirané, Provincia de Formosa, en unas 80 hectáreas de tierra. “Actualmente (octubre de 2020) viven aquí 64 familias, totalizando unas 264 personas, entre adultos, mujeres, hombres, niños y ancianos”.[10]
Estas tierras empezaron a ser habitadas, en asentamiento permanente por los qom, en 1944, siendo las familias: Luis, Capra y Mendéz sus primeros pobladores. Antes de esa fecha, estos grupos se hallaban dispersos un poco más hacia el sur, en cercanías del Río Bermejo, en los actuales KM. 128, 136 y 142. Pero la radicación de algunos establecimientos ganaderos en esa zona -con el consiguiente alambrado perimetral de los mismos- recortó sus territorios de caza y los fue desplazando en dirección norte, donde también había otras estancias, aunque quedaban algunas tierras fiscales sin ocupar. Unas décadas antes (en 1912), se había erigido a 4 kilómetros del casco de la estancia el Fortín Capitán Solari.[11] Parece paradójico que un grupo qom se haya asentado en cercanías de un fortín, cuya misión principal era erradicar la presencia indígena.[12]
Hacia mediados de la década de 1940 se hallaba también en plena formación la localidad de Colonia Campo Villafañe, tras la desintegración del establecimiento ganadero que en la década de 1890 había creado el Mayor Vicente Edmundo Villafañe junto a un socio salteño. En el naciente poblado las relaciones de los qom con el algunos sectores no eran del todo cordiales “…decían indio y perseguía los policía (...) no tenía dónde estar (...) andan así un poco, mariscando chuña, carpincho, de la costa de la ruta, y encontraron esta tierra acá, no era de nadie, se quedan…” Después “...mi papá (Juan José Luis) se entera que en el Chaco llegó un pastor norteamericano, que predica y da consejo (...) Ante tan importante noticia, las familias se organizaron y decidieron enviar a Luis en representación. El pastor le habló sobre leyes que amparaban el derecho a la libertad de todos los hombres, y de la posesión y el asentamiento en un lugar determinado.
A su regreso, Don Luis “juntó coraje” y se presentó ante las “...autoridades a pedir que le autoricen a ocupar un pedazo acá que quedaba sin dueño…”. Era común por aquellos años que entre los campos ganaderos sobren algunos sectores sin ocupar -por lo general por su escasa fertilidad. No queda claro a quién se refiere cuando habla de “autoridades”, ya que la primera comisión de fomento se creó en 1957, conjeturamos entonces que se refiere a la Policía, ya que esta institución se encuentra presente en Villafañe desde 1946.
En las décadas siguientes, gran parte de Formosa, Chaco, Corrientes y Santiago del Estero experimentaron un importante crecimiento productivo sobre la base del cultivo del algodón, atrayendo a importantes contingentes de personas de otras provincias argentinas y del Paraguay que buscaban emplearse como mano de obra.
Mercedes Cué no quedó al margen de estos procesos demográficos y económicos y fue aumentando su población, ya sea por crecimiento vegetativo o por el aporte de nuevos integrantes provenientes de localidades vecinas como El Colorado, San Francisco de Laishí, General San Martín, Formosa Capital, entre otras, que vinieron y se quedaron a vivir en este lugar. “En 1984, bajo el gobierno de Floro E. Bogado, la Provincia le otorgó a los qom de Mercedes Cué el título de propiedad comunitaria de las tierras donde se asientan.”[13]
En cuanto a creencias religiosas, en su etapa pre-colonial entre las distintas parcialidades de la nación guaycurú predominó “...el animismo y la magia, aunque hay datos sobre la existencia de la idea de un Dios superior… Los (qom) lo llamaron Ayaic (De la Vega, 1993: 386). En la actualidad los qom de “Mercedes Cué” abandonaron sus creencias ancestrales, y la mayoría pertenece a congregaciones evangélicas con sede en la Provincia del Chaco.
En vinculación directa con esas creencias religiosa, existe una importante interacción étnica, que involucra prácticamente a toda la comunidad, y que en determinadas oportunidades implica el traslado a otras jurisdicciones de Formosa o provincias vecinas para participar en eventos tales como encuentros de danza y canto, cruzadas de fe, aniversarios, festejos de cumpleaños, bautismos y casamientos.
Las costumbres típicas de su cultura que aún conservan, especialmente los mayores, son los tejidos en hoja de palma (canastos, sobre todo). Esta costumbre respondía a la necesidad de trasladar periódicamente algunos utensilios básicos cada vez que abandonaban un lugar. Hoy los productos de esta actividad son vendidos o intercambiados en los centros urbanos cercanos.
En lo lingüístico, la primera lengua de la comunidad es la de los qom y la segunda es el castellano. De la población adulta sólo un 30% es bilingüe activo, el resto es bilingüe pasivo, es decir comprenden el castellano pero no lo puede expresar oralmente. En la primera etapa de socialización del niño la comunicación en la familia es a través de la lengua qom. Al iniciar su educación formal –en el nivel inicial- los niños entran en contacto con la segunda lengua y en el nivel primario se va afianzando su manejo del castellano.
La comunidad qom de Mercedes Cué, hasta no hace mucho tiempo transmitía su lengua exclusivamente en forma oral. La lengua escrita no era conocida por sus pobladores, situación que en gran medida persiste en la actualidad. Las diferencias sustanciales entre la lengua hablada y la escrita se profundizan y complejizan, ya que los fonemas del alfabeto castellano no alcanzan para describir a los sonidos de la lengua aborigen.
La educación formal intenta superar esta situación mediante un proceso no exento de dificultades. En Mercedes Cué, existe una escuela primaria -la Nº 511- desde el 12 agosto 1993; por su parte, el Nivel Inicial y el Ciclo Básico Secundario de Educación Rural -EIB- funcionan desde 2007 y en 2010 se implementó el Ciclo Orientado de Educación secundaria -4to, 5º y 6º año-. En marzo de 2017, con la presencia del Ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, el Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el Gobernador de Formosa, Gildo Insfrán y el Intendente de Mayor Villafañe, Hugo Onisimchuk, se inauguró el nuevo edificio escolar de la Escuela Primaria 511. No es mi intención exponer un listado laudatorio de obras públicas, sino destacar la incidencia de la educación estatal para poner fin a la histórica característica ágrafa de esta etnia.
Respecto a las estrategias de subsistencia, las familias de esta comunidad se basaron en la complementación de la antigua economía tribal (caza, pesca y recolección) con otras nuevas como la venta de cueros de iguana y plumas de avestruz, y los trabajos estacionales como la cosecha, la carpida de algodón, la limpieza de campos u otras actividades agropecuarias del nuevo contexto.
En la actualidad algunas de estas actividades ya no existen, pero se han adoptado otras como la siembra de zapallo, batata, mandioca, zanahoria, poroto y maíz en las tierras comunitarias. Si bien la cantidad de personas empleadas en estas tareas no es numerosa, el hecho realmente destacable es que una cultura históricamente no productora haya adoptado la agricultura como una de sus estrategias de supervivencia. Sin embargo, la mayor parte de la comunidad percibe beneficios nacionales como pensiones, jubilaciones no contributivas y AUH. Otros son empleados municipales y de la Provincia.
Como afirma José Luis Romero, los qom y la mayoría de los pueblos indígenas han estado desde antaño prácticamente “adheridos a la naturaleza.” También los Wichí, como se afirma en el documental “Los hijos de Tokwaj”[14], son felices yendo al monte a sacar miel y al río a sacar pescado para comer. “Hemos nacido algarrobo y algarrobo vamos a morir…”
Los embates sufridos por la naturaleza desde hace décadas, están modificando las condiciones climáticas de amplias regiones del país. Por esta razón, los pueblos cuya supervivencia aún dependía de sus ancestrales formaciones económicas precapitalistas han sufrido graves consecuencias. El avance sobre los bosques nativos, es mucho más agresivo que en el pasado; si en la época de expansión del cultivo algodonero, el desmonte se hacía con hacha, pico y pala, en las últimas décadas se usó topadoras y motosierras.
La pérdida de activos ambientales, por acciones antrópicas desmesuradas, está obligando a muchos pueblos originarios -entre ellos a los qom- a redefinir su relación con el medio ambiente y buscar otras alternativas de supervivencia: algunos optaron por la migración a centros urbanos, otros, como los primeros agricultores qom están incursionando en la producción primaria donde corren con las mismas desventajas que el resto de los pequeños productores.
La sedentarización también tuvo consecuencias en la dimensión política, siendo el dato más relevante en ese aspecto: la desaparición del cacicazgo, que fue sustituido por la figura del delegado comunitario. (No he logrado determinar fehacientemente en qué fecha ocurrió esto). Los delegados comunitarios suelen estar en relación directa con los gobiernos de turno de la Municipalidad de Mayor Villafañe.
CONCLUSIONES:
Al finalizar este recorrido, destaco que para los qom de Mercedes Cué el abandono del nomadismo, en el lapso aproximado de medio siglo, tuvo repercusiones no sólo económicas sino también políticas y culturales. En la dimensión económica, fueron transitando de la caza, la pesca y la recolección a otras formas donde progresivamente adquirían mayor importancia el trabajo como jornaleros en las fincas agropecuarias de las inmediaciones. Estas labores constituyeron para -los qom- una importante fase de aprendizaje e intercambio de experiencias que más tarde pondría en práctica en sus propias parcelas.
En la dimensión cultural, sobresalen, por un lado, el paulatino abandono de la tradicional característica ágrafa, como efecto de la extensión de la educación estatal. Más allá de las dificultades lógicas, como el desfase entre los fonemas qom y el alfabeto español, este proceso parece irreversible. Desde mi punto de vista, la adopción de la escritura podría tener efectos positivos para la inserción social de las nuevas generaciones qom, o para la conservación de su legado cultural mediante nuevos formatos. Por otro lado, en lo religioso, se produjo un proceso de cristianización que implicó el abandono de la otrora creencia en el animismo y la magia.
En lo político, como se dijo, el dato más saliente es la sustitución del cacicazgo por la figura del delegado comunitario, en cuya elección los gobiernos de la Municipalidad de Mayor Villafañe no son ajenos.
Por otro lado, aporto una periodización[15], para ser trabajada desde la materia Historia, tanto en el Ciclo Básico como en el Orientado. En el extremo izquierdo de la línea de tiempo, como punto de partida, se ubica el año 1944. Los hechos importantes de esa fecha fueron la decisión de las primeras familias de afincarse en un lugar determinado, el viaje de Luis a entrevistarse con el líder religioso y el haberse animado -a su regreso- a solicitar autorización a las autoridades criollas locales para ocupar provisoriamente las tierras donde se radicó la comunidad. Cierra esta etapa de formación, el otorgamiento de las tierras en propiedad comunitaria, por parte del gobierno de la Provincia de Formosa, en el año 1984.
Desde aquella fecha se inicia la etapa de consolidación -que se extiende hasta la actualidad- donde los objetivos se relacionaron con la necesidad de conseguir viviendas, luz eléctrica, atención a la salud y a la educación. También en esta etapa se empezó a cultivar por primera vez en la comunidad: zapallo, maíz, poroto, batata, mandioca.
PROPUESTA DE TRABAJO ÁULICO
Por último, dejo algunas sugerencias para trabajar en el aula, según los puntos que destaco en mi conclusión:
Propuesta para enseñar la dimensión económica. Desde las unidades curriculares Geografía, Historia y afines, se podría organizar un ciclo de entrevistas a los más antiguos pobladores para indagar sobre las formas en que se organizaban las cacerías; ¿cómo fabricaban sus armas?; ¿cuáles eran los animales que cazaban?; ¿cómo preparaban sus comidas?; ¿se dividían las tareas entre hombres y mujeres?; ¿qué frutos silvestres recolectaban?, etc.
Propuesta didáctica para trabajar en aula la dimensión cultural. Este punto podría trabajarse en forma interdisciplinaria entre las materias Historia, Lengua Qom y Lengua y Literatura, indagando -mediante entrevistas a los pobladores más antiguos de la comunidad- ¿cómo aprendían en el pasado los niños qom las costumbres de su pueblo?; ¿cómo lo hacen actualmente?; ¿qué opinan sobre la obligatoriedad de asistir a la escuela y tener que expresar la palabra qom por escrito?; ¿conservan algunos elementos de sus creencias religiosas ancestrales previas al cristianismo?
Propuesta para abordar el análisis de la dimensión política: Resultaría de gran significatividad que, tanto desde Historia como desde Formación Ética y Ciudadana, se investigue ¿Cuáles son los criterios con que se eligen a los delegados comunitarios? ¿Qué condiciones debían tener los caciques? ¿Por qué se los dejó de elegir?
[1] Rufino Pérez es: Profesor en Historia, desde 2006, y trabaja dictando clases en unidades curriculares específicas de su título -y otras afines de las Ciencias Sociales- en la educación secundaria y terciaria de la Localidad de Mayor Villafañe, en su Provincia natal: Formosa, República Argentina. En su formación de posgrado, se graduó como Magíster en Desarrollo y Gestión Territorial, con Mención en Desarrollo Local; Especialista en Educación y TIC; Especialista en Problemáticas de las Ciencias Sociales y su Enseñanza; Especialista en Políticas y Programas Socioeducativos; Magíster en Desarrollo y Gestión Territorial con Mención en Desarrollo Local.
[2] C.N.H.P.V. Año 2010. disponible en: https://www.vocesenelfenix.com/content/anexo-2-pueblos-ind%C3%ADgenas-seg% C3%BAn-el-censo2010. Última visita. 24/09/2020. Hora: 08: 23 AM.
[3] Buckwalter, Alberto S. y Litwiller de Buckwalter Lois (2013), Vocabulario Toba. Versión digital disponible en: http://www.chacoindigena. net/Materialesfiles/Vocabulario%20Toba.pdf Pág. 171
[4] Payaguáes, mbayáes, pilagáes, abipones y mocovíes.
[5] Pastor cita como fuente: a Maeder, Ernesto y Gutiérrez, Ramón, Atlas Histórico del Nordeste. Instituto de Investigaciones de Geohistoria (I.I.G.H.I). CONICET. Resistencia 1995.
[6] Rex González, A. y J. A. Pérez, Argentina indígena. Víspera de la conquista, en Historia argentina 1, Ed. Paidós.
[7] Cuando hablaban de “desierto” para referirse a tierras que estaban habitadas por miles de indígenas, les estaban negando la condición humana a aquellos pueblos allanando el camino para justificar su exterminio.
[8] La mayor parte de los libros de texto que se encuentran actualmente en las escuelas formoseñas apenas hace mención superficial de la conquista militar del Chaco Central, es decir de Formosa. Si bien es cierto que por ejemplo el libro de Antonio Prieto Para comprender a Formosa describe las campañas militares desde 1879 hasta 1917, en nuestra Provincia no se han hecho adaptaciones en formato de libros de texto -con varios ejemplares en cada biblioteca- para que cada alumno tenga acceso a su lectura. La información es más abundante para las campañas hacia el sur.
[9] Dado que aquí no tenemos espacio para abordar este tema recomendamos el libro de Antonio Heraldo Prieto (2015) Para Comprender a Formosa. Editorial Dunken, o los “Cuadernos para el fortalecimiento del desarrollo de contenidos. Tomo de Geografía” (2012), que dirige Patricia Pastor.
[10] Información proporcionada por la Directora de la Escuela 511, profesora Flordelina Romero (27/10/2020: 08:37 hs. AM)
[11] Este fortín aún se halla en pié.
[12] Esto me remite a una observación del estudiante Beltrán, que un lunes agosto de 2016 vino a mi casa para “avisar” que dos días antes -en mi intervención en un programa radial de una FM local- había cometido un error -grave- según lo entendía él: “…profe…, yo vine porque usted se equivocó grande cuando dijo que los qom fueron derrotados por el banco… nuestro pueblo no fue derrotado, porque si nos vencían no íbamos a estar acá, vivos como estamos…”
[13] Información proporcionada por la Profesora Flordelina Romero, Directora de la Escuela Primaria Nª 511.
[14] Canal Encuentro. Pueden acceder al mismo en: https://youtu.be/q7DbI6rIg1M
[15] Por la imposibilidad de estudiar todo lo que ocurrió en el pasado, los historiadores suelen organizar la información por etapas, fases, períodos, eras, etc., y el conjunto de estas estrategias organizativas se denomina “periodización”. Las periodizaciones tienen gran utilidad, ya que sirven sintetizar los procesos históricos.
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